Se puede distinguir a un sabio por el manejo del tiempo. El sabio no pelea con el tiempo, ni le falta ni le sobra, fluye con él, se deja moldear como el agua que se adapta al recipiente. Para el sabio el tiempo es un aliado, pero no en el sentido que le dan los políticos, sino un amigo al que no hay que preguntarle ni sonsacarle; sólo acompañarlo, porque en ese estar, van apareciendo todas aquellas cuestiones que no hace falta preguntar porque no se pueden decir con palabras. Nada más occidental, racional y colonial, que explicar los sentimientos. En este libro, El Buen Vivir y la Rebelión de los Excluidos, Atawallpa Oviedo Freire nos recuerda precisamente la importancia del yachak, la autoridad moral, guía espiritual y referencia de las comunidades indígenas. Es un aporte mayor porque se trata de de-construir y descolonizar el pensamiento crítico y las estrategias de las llamadas izquierdas. Podría agregar que es también un ejercicio de colocar al patriarcado en la misma longitud de onda del colonialismo. Estamos ante un trabajo importante. Veamos, si no, la forma de analizar la Conquista. Raùl Zibechi