Hay tres tipos de personas que viven solas: quienes nunca se han casado ni tenido pareja, las personas divorciadas y las viudas. Son muy pocos quienes deciden libremente vivir en soledad, y la mayoría de los que se encuentran en esta situación la ven como las cartas con las que les "toco" jugar. La autora, quien se enfrentó a la soledad, después de un inesperado divorcio, examina cada aspecto de esta opción de vida en lo relacionado con la salud, las amistades, el hogar, las finanzas, los intereses y la espiritualidad, para disfrutar de la libertad, el tiempo, la independencia y la compañía de sí mismo.