La repostería nos transporta a un espacio de placer, pleno de sabores, texturas, colores... Dentro de ese maravilloso universo, la gelatina resulta un ingrediente casi mágico, que permite crear dulzuras suaves y coloridas, que brillan como el cristal. Se trata de un ingrediente de enorme versatilidad y ductilidad. En su estado puro, brinda un acabado transparente, brillante, colorido y sabroso, que pueden contener frutas y otros componentes en creaciones que lucen fantásticas en la mesa de postres.