Junto a don Quijote, Lazarillo o Celestina, el tipo del burlador de mujeres es una de las grandes aportaciones de la literatura española a la cultura universal y quizá la que más recreaciones ha conocido en épocas y países muy distintos. Pero de entre los muchos donjuanes que llenan la historia de la literatura, el don Juan por excelencia es sin lugar a dudas el que Zorrilla inmortalizó en el siglo XIX en un drama en el que supo unir la tradición de las comedias de capa y espada con elementos fantásticos y religiosos que conducen al personaje hasta la salvación final.Una acción sabiamente conducida y unos versos sonoros que se memorizan con facilidad, así como la teatralidad del personaje y las situaciones en que se ve envuelto, han contribuido a que Don Juan Tenorio siga vivo después de un siglo y medio de su estreno en 1844.'