Desde que empiezan a ir al jardín de infantes, nuestros hijos reciben una gran y enriquecedora estimulación.Empiezan a organizar saberes, realizan descubrimientos y, sobre todo, entablan relaciones con pares, con todo lo que eso significa. Y en casa estamos los grandes, los que les enseñamos otras cosas, ni más ni menos importantes; los que los acompañamos, de la mano, a descubrir el mundo.A muchos padres les pasa (nos pasa) que cuando los vemos crecer, y sumergidos en nuestras actividades, dejamos de hacer cosas con ellos... porque son cosas que ellos hacen en el jardín o en la escuela. Y vamos perdiendo de a poco ese espacio que compartíamos cuando llegábamos a casa con una caja de crayones y nos tirábamos en el piso con ellos a dibujar. Es para recuperar esos espacios que hemos pensado en este libro, con diseños para colorear y armar divertidos portarretratos.'