Irma Ruth, desde muy pequeña se inicia en las letras escuchando palabras de su abuela quien con arte e ingenio creaba y recreaba historias de personajes y sucesos de un pueblo pintoresco llamado Acala, que entonces era remoto y mágico. Fue una de las afortunadas niñas que en las noches de lluvia, a la luz de un quinqué y junto al viejo mostrador de la tienda, sin que nada ni nadie las interrumpiera, se amontonaban embelesadas junto a la abuelita Marce para escuchar impresionantes relatos del acontecer de su pueblo, relatos detallados y animados por las variadas voces de sus personajes que ella interpretaba con singular maestría. Esas palabras enunciadas con ánimo, verosimilitud y belleza la inclinaron a la literatura, se convierten en afición y oficio. La experiencia infantil de esa literatura que la abuela creaba, aunada a su formación literaria, su fuerte identidad de mujer, sus lecturas, sus relaciones, sus reflexiones, sus logros y reveses superados la dotan de una manera especial con los instrumentos y el acervo rico de vivencias para crear bella e interesante literatura escrita. El poema "De los Días" en forma de diario que van a disfrutar es una primera muestra de su ingenio y arte de escritora. Gustavo F. Aguilar Robles Padrino de publicación