ME SIENTO Las vacunas, la higiene y la preocupación de los padres respecto a prevenir las enfermedades de los niños a través de una nutrición y de una serie de hábitos adecuados, han conseguido que tales padecimientos sean cada día menos frecuentes, lo cual no significa, desde luego, que los niños estén por completo libres de enfermedades. El peligro potencial de adquirirlas existe, y cualquier pareja interesada en el bienestar de sus niños, debería conocer el repertorio de enfermedades, más o menos comunes, que atacan a los niños. De esta manera, sabrían que actitud tomar en caso de que su hijo enferme. Un punto trascendental es saber cuándo hace falta la intervención del médico y cuando no. Lo que hará falta siempre, y es tan valioso como la medicina más efectiva, es el cariño que los padres manifiesten al pequeño. Un cariño que en muchas ocasiones deberá revestirse de comprensión y paciencia porque un niño enfermo sufre una alteración de todo su equilibrio personal, lo que hace que diga: IME SIENTO MAL!