Cuando una sonrisa toca nuestro corazón, cuando un bosque nos apacigua, cuando la música nos lleva al arrobamiento, cuando realmente amamos, o reímos o bailamos con alegría, somos uno con los ángeles. Dorothy sintió innumerables veces el tironeo de esa unidad desde que cofundó Findhorn; este libro da cuenta de ese contacto cercano.
"Excelente! "