Una economía del conocimiento precisa ideas innovadoras y éstas deben evaluarse con procedimientos y técnicas que informan al decisor empresarial de la bondad del proyecto. A lo largo de nuestra vida profesional nos enfrentamos con algún proyecto y en numerosas ocasiones debemos tomar una o varias decisiones relacionadas co n el mismo que nos conduce a rechazarlo, mejorarlo o aceptarlo. Pero nada mejor, que d