Cándido cuerpo mío de Amarú Vanegas es la reminiscencia de un viaje. El viaje que se hace desde el centro de uno mismo hacia el exterior, hacia el cuerpo: La luz nos cuece desde adentro. Buscando el conocimiento de nuestra propia piel en la piel del otro. Y la poesía, su palabra, ha registrado eso muy bien. La palabra como vía para la transformación de la sexualidad en algo estético, que podríamos llamar lo erótico, el deseo elevado.