Los caminos por los que un buen aficionado a la música disfruta de las composiciones de sus artistas favoritos son muy diversos. Las grabaciones oficiales en audio y vídeo, ya sean de estudio o de interpretaciones en directo (las menos), son los productos que identifican comercialmente a los mismos, pues son fácilmente accesibles en las tiendas. No obstante, hay algunos fans que buscan algo más, una mayor aproximación al artista, y encuentran en las grabaciones de conciertos no siempre expresamente autorizadas por los intérpretes, un instrumento perfecto para profundizar en el disfrute de su música preferida. Dichas grabaciones son comúnmente conocidas como bootlegs, término inglés americano que no tiene una traducción exacta en castellano, idioma en el que se conocen con términos poco precisos como discos pirata, de importación, etc. El ambiente semiclandestino en el que se ha desarrollado la grabación y distribución de este tipo de productos en décadas precedentes, ya sea mediante venta o intercambio, no ha hecho sino crear un halo de misterio en torno a este mundo de amantes de la música y, también, por qué no, de unos pocos aprovechados que han hecho negocio con su venta. Este libro pretende dar respuestas a todos aquellos que se preguntan por el origen e historia de los bootlegs, por su calidad de sonido, por sus modos de distribución y por las implicaciones legales que este particular producto lleva aparejadas. El autor es un fan irreductible de Pink Floyd y de las grabaciones no autorizadas de sus conciertos, con lo que el libro analiza además de manera pormenorizada el catálogo de bootlegs de la banda británica y las características de sus conciertos que la identifican y diferencian de otras bandas contemporáneas en la época dorada del rack.
"Me sorprendió la cantidad de datos que entrega, excelente"