Si la filosofía de Alain Badiou puede leerse como un recomienzo intempestivo del materialismo dialéctico, es porque este último no es una filosofía de comienzos absolutos, sino de recomienzos arduos e impuros. Se trata de un pensamiento del cambio situado en todo lo que pueda decirse del ser como múltiple puro, pero suplementado por la irrupción de un acontecimiento. La verdad de tal acontecimiento no emerge