Como muchos compañeros de generación, Bill Bryson creció fantaseando con ser un superhéroe: provisto de una vieja sudadera con un rayo sobre el pecho y una toalla atada al cuello, patrullaba su casa y su vecindario, saltando altos edificios y derrotando a villanos y malandrines (e imbéciles) en su imaginación como "El chi co centella". Bill Bryson recrea la vida de su familia y de su ciudad natal durante la