Desde que se iniciara, hace más de un siglo, el interés por la arquitectura americana, ha venido sucediéndose un largo acontecer de etapas con un mismo propósito: el estudio de la obra arquitectónica. En este discurrir han debido superarse distintos períodos definidos por particularismos, personalismos y generalidades proye ctados sobre el objeto de estudio. Actualmente, no existen dudas de singularidad y ese