Este libro busca poner en valor el trabajo de las arpilleristas como cronistas visuales relevantes para la memoria colectiva de Chile. Las páginas de este libro forman un hilván que nace con la historia de las arpilleras, destacando el trabajo de las mujeres que en dictadura tuvieron el coraje de plasmar sobre telas la cruda realidad de violencia y pobreza que vivió gran parte de la población chilena. Más tarde y gracias a la labor de Patricia Hidalgo y María Teresa Madariaga reconocidas arpilleristas de Lo Hermida, se dan las puntandas que llevan al colectivo Memorarte Arpilleras Urbanas, un grupo de mujeres que actualmente borda arpilleras en torno a la defensa de los Derechos Humanos, rescatando así la esencia de las arpilleras elaboradas inicialmente en dictadura, aquellas que fueron un medio de denuncia, protesta y subsistencia.
"Es un libro bellísimo y que mantiene viva la memoria del país. El arte de la arpillería continúa vigente, manifestando las desigualdades e injusticias del mundo."