Se había educado en el campo de batalla, acompañando a su padre, Amilcar Barba, en las campañas de España desde los nueve años. A los 26 recibió el mando supremo del ejército cartaginés en los años decisivos de la rivalidad entre las dos superpotencias de la época: Roma y Cartago. Desde el punto de vista cartaginés, Antígono, banquero heleno, relata las proezas de uno de los estrategas más grandes de la historia, el único capaz de derrotar a Roma y poner el mundo en manos de quienes ansiaban no imponer su concepción de vida, sino ganar territorios donde poder comerciar.