Sin saber si mañana tendrá trabajo e ignorando los mensajes de su novia, Agustín del Río aprovecha la excusa de visitar a un abuelo enfermo para evitar los problemas que le acosan. Pero cuando llega se da cuenta de que está en frente de un completo desconocido a quien tiene que cuidar toda la noche. Sin más armas que el diálogo y los vinilos del viejo, Agustín y su abuelo enfrentarán los recovecos de una historia familiar que sigue pesando por su silencio.