Parece obvio que para gobernar sabiamente es necesaria una cualidad que denominamos inteligencia y que se supone poseen aquellas personas que alcanzan el poder político. Difícilmente se votaría a quienes se consideraran intelectualmente incapaces. ¿Qué relación tiene la capacidad intelectual con la emocional? ¿Actúa la inte ligencia al margen de las emociones y de los sentimientos? ¿Basta ser inteligente para