En el año 2000 México contaba, todavía, con diversos conflictos por límites de tierra que seguían lacerando a la sociedad rural. Adicionalmente, la mayor parte de los campesinos se encuentran en un proceso de envejecimiento que trae aparejado el desafío de construir el camino para el cambio generacional que requiere el campo mexicano. También en el ámbito rural, la presencia de las mujeres es cada vez mayor, lo que exige la búsqueda de mecanismos que permitan una integración económica-productiva de las campesinas mediante el apoyo a proyectos productivos. Las anteriores y muchas más cuestiones se tratan en el presente libro.